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Es una bonita tarde para morir – comenta Susana
mientras mira la puesta de sol.
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No tiene por qué cumplirse el destino. Lo decidimos
nosotros – contesta Samuel poniéndose de pie y rodeándole los hombros con el
brazo.
-
He visto estas pistolas en la tienda. Se parecen
bastante a la imagen de la premonición - replica ella sin escucharle.
- ¿Por qué quieres cumplirla? – grita desesperado zarandeándola.
-
Hay que hacerlo – contesta tajante Susana tendiéndosela.
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¿Y si no quiero? Yo no voy a matarte. Así que irás a la
cárcel – Ricardo bracea mientras habla con el arma en la mano.
La pistola se dispara rozándole el brazo a
Susana que suelta la suya aturdida y se sienta en el suelo.
El teléfono comienza a sonar sin que nadie
responda. Al otro lado de la línea, la directora de un casting taconea
impaciente el suelo.
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Muerte al atardecer – ríe irónica mientras mira el guión
– yo sí que estaré muerta como no encuentre pronto una actriz para el papel
protagonista. ¡Carlos! – grita - ¿quién
era la siguiente de la lista?
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