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En nombre de la Santa Inquisición, te condeno a morir
en la hoguera – sentenció el juez.
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Bruja, bruja – gritaban los vecinos.
Prepararon la leña que prenderían
al caer el sol.
La rea estuvo en silencio hasta que
las llamas la devoraban.
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Os espera el mismo final que a mí – les maldijo.
El viento esparció sus cenizas que
fueron inspiradas por quienes presenciaron su muerte.
El virus se extendería contra
aquellos que las odiasen.
Presentado en el II Certamen de microrrelatos de historia Francisco Gijón
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