domingo, 17 de agosto de 2014

BUCEANDO BAJO LA LUNA

-         Tranquila, confía en mí. Si te falta el aire, te ayudaré a respirar, tengo de sobra para los dos – dijo Joaquín con seguridad.
La luna llena se reflejaba en las frías aguas del lago mientras se sumergían y comenzaban a bucear.
Segundos después, Marta, agobiada, tiró de él hacia arriba. Joaquín, cogiéndola de la mano, la ignoró. Ella intentó soltarse sin conseguirlo. Una vez que dejó de luchar se giró hacia su pareja.
Unos desorbitados ojos azules lo miraban. Chilló de terror mientras ascendía a gran velocidad hacia la superficie, dejándola sola.
A veces, nos damos cuenta demasiado tarde, que uno sólo nunca tiene el suficiente aire para los dos.

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